Artistas

Su objetivo es expresar un sentimiento, una vivencia con una paleta de colores que también puedan reír y llorar, hablar sin hablar y conectarse con aquellas mentes que estén dispuestas a escuchar con el poder de los ojos. Temblar o sobreponerse siempre ante un lienzo en blanco, que invita a la duda, al vacío o el sentir de los demás; la materialización de lo inmaterial. Gustav comenta que siempre ha sido necesario tener la mente abierta a las diferentes formas de expresión del arte, a la sinestesia y el conocimiento en general, sin perder de vista las nuevas tendencias artísticas que van surgiendo a cada momento (revista Ambientes, No. 119 / 2019).
La creatividad es como otro mundo, el mundo que dibujas sobre papel o lienzo añadiendo colores que tú mismo eliges. A veces, este mundo es tan secreto que nadie más que tú puede resolverlo. […] El arte es mi razón de vivir y siempre me aseguro de que mi creación salga del corazón…
En estas obras, donde convergen imágenes con características distintivas del clown y objetos de representación como pelotas u otros, busco presentar una crítica sociopolítica, utilizando elementos simbólicos y códigos encriptados para estimular la reflexión del espectador.
La obra es una exploración del poder del color y la textura para
evocar una respuesta emocional o visceral en el espectador. El proceso comienza al revés, ya que empiezo con un fondo y dejo que la imagen surja de él: casi como si estuviera tallando una escultura en piedra. 
A diferencia de cuando volví a empezar, ya no busco borrar los
vestigios del proceso, por lo que las piezas terminadas contienen las capas del proceso de simplificación y refinamiento continuos de la obra. Al final, solo quedan los elementos esenciales que conectan al espectador con la obra, o al menos, ese es mi objetivo.


Mi obra se caracteriza por un lenguaje visual minimalista –pero potente– que invita al espectador a contemplar lo profundo y lo sagrado. Desafío los relatos históricos tradicionales a través del arte contemporáneo, creando obras que reinterpretan acontecimientos históricos, figuras y patrimonio cultural. Mi arte sirve como herramienta para cuestionar, reescribir y recontextualizar el pasado, celebrando la mezcla de culturas e identidades.
…En mi pintura el pasado influye y allí encuentra su acomodo: Las costuras de mi madre, las amarras del pescador la corrosión del salitre, las cercas, el bahareque, lo místico religioso, lo mágico caribeño, la simbología indigenista. […] Busco en mis trabajos una reinterpretación de nuestro pasado, intentando que la obra y el objeto convivan en un lenguaje común, que el espectador sienta visual y táctilmente, sensaciones ya vividas…
Víctor ha de salvar en sus telas y cartulinas la planimetría del muro y la maniobra evasiva; para intersecar planos, espacios, historias acumuladas, versos labrados en la piedra como resultado de ese diálogo perenne entre el hombre y las fuerzas de la naturaleza; para alzarse sobre cualquier cómodo mimetismo en su trayecto hacia la morada del espíritu y entregar una obra viva, maleable, una manera de interpretar cualquier realidad, no de reproducir un hallazgo formal ni un modo de vida… (C. Escala Fernández).


El paisaje en mi obra pretende reflexionar en formas aleatorias sobre la interpretación de mi entorno, marcado por las diversas problemáticas de la vivienda y la necesidad de amparo y refugio. Realidades cada vez más crecientes alrededor de todo el mundo por la búsqueda urgente de un hábitat digno…
Creo en la práctica artística como un medio de conocimiento, un camino hacia el espíritu, una constante búsqueda de la magia inherente al universo. La obra es el testimonio de la indagación en lo cotidiano. Las diversas presentaciones son evocaciones, búsquedas, contactos con el deseo de penetrar en el flujo de la vida.
A primera vista podría creerse que el color es aplicado en trazos rápidos, frenéticos, pero es todo lo contrario. Antoine trabaja sobre lienzo, racionaliza cada pincelada, toma distancia y continúa el proceso. Sus creaciones son fieles a su naturaleza: enérgicas, pero al mismo tiempo equilibradas. […] En el presente afloran Basquiat y el bad painting en esa forma un tanto arremolinada de la pincelada, en la manera en que la figuración es casi nula, donde también se evidencia un gusto por la figuración abstracta y por el uso de diversos encuadres que hacen muy atendibles sus composiciones al proponer otras perspectivas de los motivos centrales.
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