Miroslav, tanto en los trabajos bidimensionales como tridimensionales, propone una manera de diseccionar la noción de la realidad mediante componentes que nos remitan a lo espacial, lo temporal, lo cotidiano. Pero es en la pintura donde parece encontrar sus verdaderos deseos. Cada pintura suya pasa por un proceso de búsqueda desde su experiencia para el exterior de la sociedad, pues lo importante en sus trabajos siempre ha sido su temática, independientemente al trabajo estético- formal. La obra pictórica aporta un gusto por lo antiguo y lejano, un placer por el desorden en la imaginación.